Aunque las sociedades actuales se centran principalmente en la tecnología y la técnica, los artistas y la práctica artística cuentan con un estatus especial que pasa desapercibido para gran parte de los individuos.
Es cierto que la mayoría de los artistas son vistos como personas que no colaboran de manera sustancial a la sociedad, pero muchos de ellos aportan al simbolismo de las ciudades y mejoran el entorno con sus intervenciones artísticas. Claro, estos aportes pueden pasarse por alto si no se ve bien el panorama.
El campo de acción del artista visual va más allá de su soporte, e incluso su obra e imagen. Un artista puede volverse el medio de expresión de una sociedad determinada. Artistas como Diego Rivera y los muralistas mexicanos exponen la realidad de un pueblo y la dejan a la vista de todos.
Otros intervienen el espacio público y dan a conocer un mensaje. Tal es el caso de Banksy, el creador de imágenes urbanas que exponen la realidad política y cultural de Gran Bretaña y gran parte de Occidente.
Por su parte, existen otros que utilizan la pintura de caballete para dar a conocer su discurso sobre las imágenes visuales que invaden la vida del individuo. Utilizan íconos mediáticos, lenguajes comunes, el hiperrealismo o la libre expresión para manifestar su descontento o aspiraciones.
De esta forma, estos artistas dan a conocer no solo su mensaje personal, sino que se vuelven un medio de canalización para las demandas sociales y el discurso de la gente de pie. Aunque la mayoría lo desconoce, los artistas son el medio de expresión de la sociedad que los vio crecer.
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