No hay una forma única de enseñar artes visuales. Se trata de un proceso complejo, pues carece de información técnica precisa. ¿Cómo se enseña a mirar un cuadro o cualquier obra visual? ¿Cómo se enseña a componer un plano, a tener en cuenta la forma y el fondo si son elementos inmensurables? Una práctica compleja, por donde se mire.
Deben tenerse en cuenta las condiciones naturales de cada estudiante, y su nivel de inmersión en las prácticas artísticas. No es lo mismo enseñar a niños de secundaria que a universitarios que están estudiando la carrera para transformarse en artistas profesionales. Sin embargo, estudiar arte en alguna institución especializada no asegura que el alumno se convierta en un buen artista, ni siquiera mediocre.
Es preponderante que la enseñanza del arte se realice de dos maneras: observando y analizando obras, y con la práctica empírica. El análisis de la composición de grandes obras es esencial, registrar la distribución de formas y el lenguaje utilizado.
Pero el hacer artístico se aprende con la práctica, con el proceso de prueba y error. De esta manera, el estudiante puede cerciorarse de sus fortalezas y debilidades, y mejorar con la praxis.
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